No está en la brisa, el deseo de tus brazos,
el pudor de tus ojos.
Sollozan las estrellas, sentidas bellas;
en tu noche el deseo sueña.
Sempiterna tu doncella, duermes serena.
Son otros tiempos, es otro amor;
mientras la ola besa mi huella.
Solitaria la piedra llora, son flores blancas,
al decir del alba.
De la bahía zarpa la barca blanca,
novia marina de mi esperanza.
Pongo flores, lirios iluminados y aves,
en tu regazo mi amada.
Es la brisa son las olas, que cantan.
Y tu callas, tras la piedra solazada.
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